Como parte importante del entrenamiento positivo, el entrenamiento basado en premios o recompensas, debemos de identificar qué cosas motivan a cada perro y convertirnos en la fuente de todo lo agradable.
Observar e identificar
Lo primero es observar al perro para identificar que le gusta, todo eso que le gusta puede ser usado como recompensas en el entrenamiento, pero habrá diferentes niveles de interés, entonces, lo que le gusta más al perro es lo que debemos usar para los ambientes más difíciles, por ejemplo, si al perro le gustan mucho sus croquetas, éstas pueden ser utilizadas como recompensa dentro de casa, pero en el jardín hay otras cosas que llaman su atención, entonces necesitamos un premio más poderoso, tal vez galletas para perro y cuando lo llevemos al parque es probable que eso no sea suficiente, tal vez un juguete que hace ruido como este o un premio más apetitoso como este puede ser suficiente.
Práctica y constancia
Aunque como en todo, no hay recetas mágicas y deberás observar a tu perro para identificar a él en particular que le gusta más. Hay perros que solo se interesan en tener atención de su humano y en sus caricias. Sobre todo en estos casos debes aplicar la filosofía de “nada en la vida es gratis”. Esto significa que el perro debe trabajar por todo lo que le gusta, que debe ganárselo y es entonces cuando el entrenamiento empezará a mostrar resultados. Si se acerca para que lo acaricies, pídele que se siente primero, si quiere salir al jardín tal vez pedirle que se eche o que te de la patita. Por supuesto, todo lo que le pidas debe llevar un proceso de enseñanza, el perro no adivinará que significa ese sonido de “sit”, hay que enseñarle y premiarlo por su disposición a aprender.
Orden
Entonces, lo primero es hacer una lista de las cosas que le gustan a tu perro ¿comida? ¿qué tipo de comida? ¿juguetes? ¿cuáles le gustan más? ¿atención? ¿paseos? Ordénalos para que tengas claro cuáles son los premios más poderosos.
Después de esto hay otro secreto importante, todo es tuyo y tú se lo prestas. Tú eres la fuente que provee todo lo agradable. Guarda todos los juguetes y no dejes la comida a su disposición. Es importante que calcules la cantidad adecuada de alimento de acuerdo a la edad y peso del perro, puedes verificarlo aquí. Esta cantidad de alimento deberás dividirla en dos o tres veces al día (según sus horarios de comida, que siempre deben ser los mismos), si le das la comida y el perro no se la come, retírala, no se la dejes para cuando le de hambre, ese comportamiento del perro es una señal de que está recibiendo mucha comida o que la comida no es importante. Restríngele el acceso.
Si los premios son atención y afecto te costará un poco más, pero también deberás restringirle el acceso a estas recompensas. Si todo el día lo estas acariciando, si solamente por acercarse a ti le prestas atención, entonces no estás aplicando la filosofía de nada en la vida es gratis. Cuando se acerque a ti, pídele que se siente, si busca tus caricias, es momento para aprovechar y hacer una práctica de obediencia, pedirle que se siente, que se eche, que camine a tu lado, por ejemplo.
Tú le prestarás los juguetes cuando vas a interactuar con él, cuando se los gane y después los guardas, de esta manera tendrán valor, si tiene todos sus juguetes a la mano, entonces no son cosas por las que tenga que trabajar, ahí están y tiene libre acceso a ellos.
Es importante recordar que en cachorros que están cambiando de dientes o en perros muy inquietos y mordelones, los juguetes para morder se clasifican a parte y debe tener libre acceso a ellos, éstos juguetes son carnazas, huesos de nylabone o kongs.
Estos tips te ayudarán a lograr un perro más interesado en el entrenamiento.
Mónica González, Ph.D., CPDT-KA
(Certified Professional Dog Trainer)
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