El Rincón de Figaro

Cómo bañar a tu perro

por Andrea Montes en Sep 08, 2014

Bañar al perro tiene sus secretos y un determinado orden, dado que hay que utilizar un jabón adecuado y además, la experiencia tiene que ser positiva para la mascota. Por tanto, a continuación podrás saber todo lo que tienes que hacer para que el baño de tu mascota sea todo un éxito.

Ser cariñoso con la mascota

Cuando el perro se acostumbre a los baños, el proceso será mucho más agradable para él y por ende la primera vez que toma un baño habrá que tranquilizarlo, otorgándole suaves caricias y lindas palabras. El primer contacto con el jabón y con el agua deberá ser totalmente placentero.

Prepara al animal para su aseo

Calienta el ambiente con mucho cariño para que afronte este proceso de la mejor manera posible y no lo sienta como una obligación o lo traumatice. Antes de comenzar con el baño, te recomiendo que lo cepilles  para desenredar y remover el pelaje.

Los perros de pelo mediano deben ser cepillados al menos dos veces a la semana, mientras que los perros de pelo largo tienen que ser cepillados una vez por día para que no se formen nudos en el pelaje.

Decide el lugar correcto para que el perro se bañe

Usa una bañera de buen tamaño para que tu perro esté cómodo. Controla la temperatura del agua y trata de que la misma esté templada, aproximadamente 39º C. Para muchos perros el primer momento de aseo no es demasiado atractivo y seguramente el animal estará un tanto nervioso y quiera huir.

Ten en cuenta que la temperatura de la mascota es dos grados más a la temperatura corporal que tienen las personas, por ello, trata de tocar el agua para saber si está muy fría o muy caliente.

¿Cómo empezar?

Humedece un paño con agua y con una poca cantidad de jabón para frotar suavemente el rostro del animal y la parte externa de las orejas. Una vez finalizado este paso, pasa una toalla humedecida con agua hasta que retires todo el jabón de la cabeza.

Sobre el lomo y la parte trasera del perro pon una cantidad pequeña de shampoo y masajea suavemente sobre la caja torácica del animal, vientre, manos y patas. Lava con abundante agua para quitar el exceso de producto y seguramente tu mascota empiece a sacudirse para retirar la humedad de todo su cuerpo.

Seca con una tolla y cepíllalo para finalizar.

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